El cuerpo como fragmento de un exilio. Mapa indomito de un acelerado vacío.
Versos tibios reparan los insaciables malestares del cobijo.
Rompe secamente la espalda descubierta con una flor marchita. Escondite insonoro que clama bajo la bella oscuridad.
Una ventana descubre el secreto guardado de la noche.
Serán las grietas que recubren tu manto, aquello que algún día dejaste por azar.
Huella del camino incomprendido la que alguna vez por descuido has dejado de pisar.
Inquebrantable olvido que mas que pretendido no cesa nunca de añorar.
F.K.